H. R. Giger, fallece un artista tenebroso
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Hace más de treinta años, cuando descubrimos magnetizados los carteles que anunciaban Alien, el octavo pasajero (1979) en el madrileño -y por supuesto desaparecido- Real Cinema, creímos que lo que allí se anunciaba era un concierto de Emerson, Lake and Palmer. Si confundimos la cinta de Ridley Scott con una actuación del trío señero del rock sinfónico fue debido a Hans Ruedi Giger.
En efecto, este artista suizo fue el ilustrador de la carpeta del Brand Salad Surgery (1973) -lo mejor, dicho sea de paso, de aquel álbum de la llamada escuela de Canterbury del rock sinfónico- y también el creador de la abominación que habría de enseñorearse de la Nostromo. De ahí que, en nuestro aún desordenado pensamiento, asociáramos las dos ilustraciones. Sobre ambas gravitaban las deidades de H. P. Lovecraft. Pero en el bicho de Alien, también estaba impreso el profundo dolor que abrumó al artista suizo tras el suicidio de la actriz Li Tobler, su compañera sentimental desde 1966 hasta que ella se descerrajó el romántico pistoletazo en 1975.
Tras iniciarse como delineante de planos y diseñador de muebles, Giger dio a conocer sus primeras pinturas y esculturas a finales de los años 60. Por aquellas mismas fechas comenzó a participar en la dirección artística de algún cortometraje. Pero no fue hasta 1979 cuando entró en la pantalla por la puerta grande con su diseñó de la bestia y los efectos visuales de Alien, el octavo pasajero. Aunque aquel primer trabajo fue merecedor de la preciada estatuilla -que compartió con Carlo Rambaldi, Brian Jonson, Nick Allder y Denis Ayling- el cine no habría de serle demasiado favorable. De entrada, James Cameron rechazó sus diseños para Aliens II. El regreso (1986), como también lo había hecho David Lynch en Dune (1984), que le fueron encargados a Giger cuando su amigo Alejandro Jodorowsky iba a dirigir la cinta. Más de lo mismo fue lo que le dieron los responsables de Batman, forever. Su obra era demasiado alucinada para el Hollywood más sencillo, como no podía ser de otra manera en un amigo Timothy Leary. Así pues, la filmografía de Giger se reduce a una escasa media docena más de títulos. Destacan entre ellos las criaturas y los escenarios de Poltergeist II: El otro lado (Brian Gibson, 1982) y la harto dudosa Species (Roger Donaldson, 1995).
Una gran mayoría de estos monstruos de juguete, en miniatura y a diferentes escalas, que tanto gustan últimamente, son diseños suyos.
(Extraído de mi libro La nueva era del cine de ciencia ficción)
Publicado el 14 de mayo de 2014 a las 12:45.